viernes, 9 de mayo de 2008

La historia de la pirateria


Pirata es el personaje dedicado al asalto y saqueo de barcos en alta mar, cuya importancia histórica destacó desde comienzos del siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XIX. Esta actividad aparece reflejada en textos clásicos, aunque en estrecha relación con actividades comerciales y Roma tuvo que enfrentarse al problema de la piratería en el mar Mediterráneo. Los vikingos efectuaron actividades piráticas por el norte de Europa. A principios del siglo XVI el Mediterráneo fue escenario del renacer de esta actividad. Estos piratas tenían sus bases en la Berbería (costa del norte de África), especialmente en los puertos de Argel, Trípoli y Túnez. Atacaban los barcos en el Mediterráneo y en el océano Atlántico y asolaban sus costas. Llegaron a actuar por el norte en Gran Bretaña e incluso hasta en Islandia. El origen inmediato del desarrollo de estas flotas de piratas se encuentra en la

victoria final de los cristianos sobre los musulmanes en la península Ibérica en 1492. Los musulmanes expulsados de España se instalaron en la costa norte de África donde crearon estados autónomos o, en algún caso, provincias dependientes del Imperio otomano. Los asaltos, en origen actos de venganza contra España, afectaron a barcos de todas las naciones. Entre estos piratas destacaron los Barbarroja.

El floreciente comercio de España con sus nuevas colonias americanas fue el objetivo de piratas franceses e ingleses. Sus actividades recibieron en muchos casos la aprobación de los diversos gobiernos europeos, cuando no fueron fomentadas directamente por éstos. Los galeones y establecimientos coloniales españoles fueron asaltados por personajes que se hicieron famosos, como Francis Drake y John Hawkins y entre los que hubo mujeres (Anne Boney o Mary Read) que tenían sus bases en diversos puertos europeos. En principio atacaban al final de las rutas pero más tarde ampliaron el escenario de sus actividades al mar Caribe y a las costas americanas. Otras zonas en las que proliferaron los ataques piráticos fueron los mares del Sureste asiático, el golfo de Omán y el océano Índico.

Según el Derecho internacional, la piratería es el delito de robo u otro acto de violencia llevado a cabo para fines particulares en alta mar o en el aire, cometido por el capitán o tripulación de un barco o aeronave fuera de la jurisdicción ordinaria de cualquier nación, y sin encontrarse comisionado o autorizado su autor por ninguna autoridad gubernamental. Los autores de estos actos son llamados piratas.

En algunos supuestos, las legislaciones nacionales y los tratados internacionales aplican el término a los ataques en alta mar realizados con autorización de un Gobierno que supone una violación del Derecho internacional, o a las acciones llevadas a cabo por insurgentes para alcanzar objetivos políticos, así como a los actos violentos cometidos a bordo de un barco bajo control de sus oficiales. Sin embargo, tales actos no constituyen en sentido técnico actos de piratería. La piratería se distingue de los actos realizados con patente de corso, es decir, de los que se llevaban a cabo con la autorización de una nación beligerante en tiempo de guerra, hasta que en 1856 se abolió la práctica de las patentes de corso en la Declaración de París.

La piratería se considera una ofensa o ataque al Derecho de gentes, y no tanto un delito contra un Estado concreto, sino más bien contra la humanidad. El delito puede ser castigado por los tribunales de cualquier país en el que el agresor se halle, aunque el acto se haya realizado a bordo de un buque extranjero. La esencia de la piratería consiste en que el pirata no tiene permiso de ningún Estado soberano o de un Gobierno en hostilidades con otro. Como los piratas son considerados delincuentes comunes en toda la humanidad, dado que todas las naciones tienen igual interés en su captura y castigo, un pirata puede ser detenido en alta mar por buques de la armada de cualquier Estado, y trasladado para su enjuiciamiento a los tribunales de su jurisdicción.

El origen de la piratería es remoto. Los fenicios combinaban con frecuencia su práctica con otras actividades lícitas. Desde el siglo IX hasta el XI los vikingos aterrorizaron las costas del occidente europeo. La Liga hanseática, constituida en el siglo XIII, fue creada entre otras razones para que sus miembros se defendieran entre sí contra los piratas del mar del Norte y del mar Báltico. Al mismo tiempo, los musulmanes practicaban la piratería en el Mediterráneo, como parte de sus guerras navales contra las naciones cristianas. Eran frecuentes los actos de pillaje y los secuestros para conseguir esclavos. Los bucaneros eran piratas que durante los siglos XVI y XVII actuaban en las rutas comerciales entre España y sus colonias americanas. En el siglo XVII la piratería argelina adquirió un gran desarrollo que perduró hasta el siglo XIX.

La piratería disminuyó hasta casi desaparecer con la aplicación de la máquina de vapor a los barcos y el crecimiento de las armadas nacionales a lo largo de los siglos XVIII y XIX.

A veces se ha utilizado en su acepción histórica el término piratería para designar otro tipo de actos, como el tráfico de esclavos.

Ya desde un punto de vista distinto por completo, en la actualidad se denomina pirateo a la elaboración de copias ilegales de cintas de vídeo o de audio, programas informáticos o productos con marca registrada, que constituyen actos de agresión contra la propiedad intelectual y del Derecho de patentes y marcas, y se consideran como actos punibles en los códigos

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