domingo, 30 de noviembre de 2008

Ingela Olofsdotter Gathenhielm


Ingela Olofsdotter Gathenhielm, (11 de septiembre de 1692 - 29 de abril de 1729), fue una corsaria sueca al servicio del rey Carlos XII de Suecia durante la Gran Guerra del Norte.

Biografía

Ingela se casó en 1711 con el famoso corsario y pirata Lars Gathenhielm, quien en 1710 había recibido permiso del rey para atacar naves de naciones enemigas en el Mar Báltico y vender las mercancías que traían en Dunkerque. Hacía una gran fortuna y fue hecho Noble en 1715.

Ingela conoció a Lars cuando eran niños, pues las granjas de sus padres estaban al lado de la otra. Tuvieron cinco hijos y se cree que no era solo su esposa, sino también, su compañera en su vida profesional y el cerebro detrás de de sus planes en la piratería. Cuando su esposo murió en 1718, tomo su lugar como corsaria (y su imperio pirata), coninuó el negocio y los expandió durante la guerra.

Este negocio sueco terminó después de la paz con Dinamarca en 1720 y con Rusia en 1721. Ingela se casó con el teniente Isak Browald en 1722, cuando murió gue enterrada en Onsala con su primer esposo.

Bartolome Sharp


Bartolome Sharp pirata y corsario inglés, junto con Juan Warlen y Eduardo bolmen llegaron acompañados de 150 piratas y bandidos a el mar del sur atravesando el estrecho de magallanes.

Ellos se internaron en en balsas y canoas al puerto de Perico en donde asaltaron 2 embarcaciones recolectando un botin de 50.000 pesos y proviciones (harinas, polvora y otros pertrechos despachados desde lima para socorrer a panama), con esas presas se dedicaron a saquear los puertos en las costas de Perú y Chile.

Eduardo Bolmen fue a saquear el puerto de Tumaco en donde fue emboscado y muerto junto con su tripulación.

Bartolome Sharp y Juan Warlen, con las instrucciones que les había dado Eduardo Bolmen pasaron a las costas de Chile asaltando el puerto de Coquimbo y la ciudad de la Serena, ocupando como refugio la isla de Juan Fernandez. Al ser descubiertos por los navíos del Virrey los piratas pusieron rumbo a Valdivia, más en la noche cambiaron curso para Arica ciudad en la que desembarcaron capturando a algunos españoles, animados decidieron saquear la ciudad más el gobernador Gaspar Oviedo, que había sido derrotado durante el desembarco, logro atacar a Juan Warlen y asesinarlo junto con su alferez, 23 soldados y capturando 19 bandidos que luego ahorcó.

Sharp y los otros piratas que lograron huir escaparón con los dos navíos y otros que apresaron en la salida de Guayaquil, llegando a Londres en 1681.

Woodes Rogers


Woodes Rogers (1679, Bristol16 de julio de 1732, Nassau, Bahamas) fue un pirata inglés que salió de Bristol el 2 de agosto de 1708 en el navío Duke, acompañado de Guillermo Dampier quien viajaba como primer piloto. Los piratas cruzaron el cabo de Hornos y se refugiaron en la archipiélago Juan Fernández, en la isla hoy conocida como Robinson Crusoe.

En aquella isla encontraron y rescataron a Alexander Selkirk, un escocés a quien el capitán Padlin había abandonado allí hace 4 años y 4 meses. Rogers dejó la isla el 14 de febrero de 1709 y se dirigió a invadir Guayaquil y varias embarcaciones menores adquiriendo un buen botín.

En la Baja California capturó el Galeón de Manila en un sangriento combate en el que perdieron a muchos de sus tripulantes, al tiempo que fueron atacados por la enfermedad. Después, tomaron nuevamente rumbo a Europa donde realizó una carta náutica en español con la descripción de todas las costas entre Acapulco y Chiloé.

Charles Vane



Charles Vane (1680 - 29 de marzo 1721), fue un pirata inglés que atacaba barcos ingleses y franceses. Su carrera de pirata duró de 1716 a 1720. Su barco era un bergantín llamado "The Ranger". Murió ahorcado en Gallows Point, Port Royal, Jamaica.

Comienzos

Comenzó su carrera en la piratería a bordo de un barco de Lord Archibald Hamilton. Vane estaba entre los capitanes que establecieron su base en New Providence en las Bahamas, después de que los británicos abandonaron la colonia an 1713. En febrero de 1718, se rindió ante Vincent Pearse, comandante del HMS Phoenix. Él recibió perdón por sus actos de piratería, que, según él, ignoraba. Cuando fue amenazado por el Gobernador Woodes Rogers y dos naves Reales, Vane se resistió a ellos. Vane escapó en su barco "The Ranger", ahora, amenazando él al Gobernador.


Caída

Era desdeñdo por su crueldad. ÉL mostraba poco respeto hacia el Código Pirata, traicionando a sus propia tripulación y no dividiendo justamente el pillaje.

Lograba evadir a quienes lo perseguían y hasta se tomó una semana para celebrarlo en la Isla Ocracoke, en Carolina del Norte, con Barbanegra y los suyos.

Su tripulación le quito el cargo de Capitán, debido a su cobardía al intentar tomar un barco de guerra francés. Rue reemplazado por Calico Jack Rackham. El se fue en un barco pequeño con Robert Deal y otros 15 hombres. El consiguió escalar de nuevo de rango hasta alcanzar tener barcos más grandes.

La carrera de Vane acabó cuando su barco se hundió en una tormenta en febrero de 1719, separándolo de su compañero, Robert Deal. Vane llegó a una isla desierta en la Bahía de Honduras. Un barco lo rescató, pero Vane fue reconocido por un pirata retirado llamdo Holford. Dos años después, fue enjuiciado y condenado en el 22 de marzo de 1721 y ahorcado en Jamaica el 29 de marzo de ese mismo año (sigue sin saberse por qué tardó tanto en ser enjuiciado). Murió sin expresar remordimiento por sus crímenes. Después de su muerte, su cuerpo fue colgado en Gun Cay, en la entrada de Port Royal, como advertencia a los piratas.

lunes, 19 de mayo de 2008

Robert Blake


Robert Blake (* 1599 – † 17 de agosto de 1657) comandante de la Commonwealth de Inglaterra, y uno de los Almirantes ingleses más famosos del siglo XVII.

Blake fue nombrado general del mar (una orden correspondiente a Almirante) en 1649.

A menudo es recordado como "Padre del cuerpo de marina del Reino Unido". Además de contribuir en la creación de la mayor extensión territorial de este país hasta entonces, fue el primero en retener una flota inglesa en el mar durante el invierno. Desarrolló nuevas técnicas de bloqueo naval e invasión terrestre. Sus "Instrucciones de navegación" e "Instrucciones de combate",escritas mientras se recuperaba de una lesión en 1653, fueron fundamentales en las tácticas navales inglesas durante la era de los descubrimientos (15711863). Blake fue también el primero en atacar con éxito, repetidamente, a pesar del fuerte fuego enemigo desde la orilla.

En febrero de 1656, la rivalidad comercial de Inglaterra y España desembocó en diversos conflictos bélicos. Blake estuvo al mando del bloqueo naval de Cádiz, durante el cual uno de sus capitanes, Richard Stayner, destruyó la mayor parte de la flota de bandera española. Blake Capturó un galeón lleno de tesoros y la pérdida en conjunto para España fue calculada en 2 millones de libras. Blake mantuvo el bloqueo durante todo el invierno siendo la primera vez que la flota inglesa se quedaba en el mar durante toda la estación invernal.

Robert Blake murió en 1657 a causa de viejas heridas sufridas durante el sitio de Portsmouth y tuvo un funeral de estado en la Abadía de Westminster (aunque sus órganos habían sido enterrados en la iglesia de St Andrew, Plymouth). Tras la restauración de la monarquía al finalizar la Revolución inglesa su cadáver fue exhumado y se transladó a una tumba común bajo mandato del nuevo rey, Carlos II de Inglaterra.

Filibustero


Filibustero (< francés flibustier < inglés freebooter < holandés vrijbuiter ['que se hace del botin libremente']; también podría proceder del inglés fly-boat ['tipo de velero rápido']) era el nombre que recibía el pirata que en el siglo XVII formaba parte de los grupos que actuaban en el mar de las Antillas. Su característica especial, que lo diferenciaba de otros piratas, era que no se alejaban de la costa, la bordeaban y saqueaban las localidades costeras.


El último triunfo de estos piratas fue la toma de Cartagena de Indias en 1697, con la ayuda de una flota de corsarios franceses. Desde entonces su número disminuyó rápidamente, y no se encuentran referencias históricas de ellos a partir de del siglo XVIII.


Corsario


Corsario (del latín cursus ['carrera']) era el nombre que se concedía a los navegantes que, en virtud del permiso concedido por un gobierno en una carta de marca o patente de corso, capturaban y saqueaban el tráfico mercante de las naciones enemigas de ese gobierno.

Historia

Hasta el siglo XIX la actividad corsaria estuvo siempre a cargo de particulares que armaban buques una vez obtenida la patente de corso y recuperaban la inversión con el botín obtenido en las presas capturadas y los rescates por pasajeros de importancia capturados. El corsario estaba limitado en su acción por la patente, pudiendo sólo capturar mercantes de determinados países y teniendo que repartir botín y rescate con el Estado en muchas ocasiones. Esta es la principal diferencia con el pirata, que atacará cualquier buque que pueda capturar y no tiene que rendir cuentas a nadie. Francis Drake es un buen ejemplo de esta época.

Aunque la actividad corsaria ya se practicó en la antigüedad, el auge de los corsarios tuvo lugar entre los siglos XVI y XVIII. Durante este periodo todas las potencias navales europeas empleaban sistemáticamente a los corsarios para entorpecer el tráfico de sus rivales con las colonias como complemento a su flota militar regular. Los últimos actos corsarios tradicionales tuvieron lugar en el siglo XIX durante la guerra de Cuba.

Posteriormente se mantuvo la denominación de corsarios o Buques-Q para aquellos buques pertenecientes a marinas de guerra regulares que entorpecían el tráfico mercante enemigo. La principal actividad de este tipo fue la protagonizada por los alemanes durante ambas guerras mundiales con medios submarinos principalmente. También los Estados Unidos emplearon esta estrategia contra Japón en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial con su flota submarina. En este caso no existe botín y los corsarios se limitaban a hundir los mercantes enemigos.

Antes del desarrollo del derecho internacional entre las naciones europeas, no había ningún recurso al que acogerse para obtener satisfacción tras sufrir pequeños agravios. Los corsarios se empleaban para resolver estos asuntos sin entrar en guerra abierta. El gobierno de un país proporcionaba una patente de corso al propietario de un barco que le permitía armar su barco y atacar a otros barcos que navegaban bajo una bandera particular. A cambio, recibían una porción del botín, yendo el resto a parar a las arcas del gobierno, lo que subsanaba el agravio.

Para el país objetivo, el corsario era prácticamente igual que un pirata (en ocasiones los corsarios acababan siendo piratas), y además esta era la intención. La única diferencia era que los piratas estaban proscritos en todas las naciones, mientras que los corsarios tenían inmunidad legal en el país que les contrataba, y se les consideraba prisioneros de guerra si eran capturados por otros países. Los corsarios a veces recibían el nombre de "piratas caballeros". Algunos corsarios recibían también el encargo de cazar a otros corsarios, mientras que en ocasiones los corsarios incurrían en la piratería sin que se lo encargasen si entraba en sus planes.

Los países Europeos renunciaron a contratar corsarios en la Declaración de París de 1856. Otros países, como los Estados Unidos renunciaron a estas prácticas más tarde, durante las Convenciones de La Haya (1899/1907).

Francis Drake


Sir Francis Drake (Crowndale, Inglaterra; 1543Portobelo, Panamá; 28 de enero de 1596) fue un pirata, comerciante de esclavos y saqueador inglés. Tal y como se acostumbraba en la Royal Navy y como recompensa a sus actos de piratería llegó a ser nombrado vicealmirante de la Royal Navy, en donde, como buen pirata fue considerado un héroe durante muchos años por los ingleses.

Nacimiento e infancia

Francis Drake nació en Tavistock, Devon, y era hijo de Edmund Drake y su mujer Mary o Elizabeth Mylwaye, granjeros protestantes. En 1549, su familia se vio forzada a abandonar Kent durante el levantamiento católico contra la opresión protestante.

Carrera de marino

A la edad de 13 años, Francis zarpó a la mar en un carguero, convirtiéndose en capitán a la edad de 20. A los 23 años, Drake hizo el primero de sus viajes al Nuevo Mundo con la ayuda de la familia Hawkins de Plymouth, en compañía de su primo John Hawkins. Juntos, Hawkins y Drake realizaron la primera expedición inglesa para comerciar con esclavos. Su dicho fue: Todo gran cometido debe tener un principio,pero es en la continuidad hasta el final, hasta que se haya acabado totalmente, donde está la verdadera gloria Creer que todo había pasado tan rapidamente palabras de Drake en sus ultimos años de vida

Vida como Corsario

A pesar de existir una tregua formal entre las coronas de España e Inglaterra, durante aquella época los incidentes armados entre ambas potencias marítimas se volvieron más violentos y frecuentes, hasta que finalmente desembocaron en el desastre inglés de San Juan de Ulúa (1568), cuando una flotilla inglesa dedicada al saqueo de puertos y navíos españoles en América, que estaba al mando de John Hawkins y Drake, fue interceptada por la Flota Española en Nueva España [colonia española ubicada en México], y destruida en un ataque sorpresa. Este acto de lucha antipirata casi le cuesta la vida al propio Drake. Desde ese día, Drake, dolido por la derrota, y en lugar de escarmentar, estuvo en pie de guerra contra el Imperio Español por el resto de su vida.

Las incursiones de los ingleses en aguas virreinales peruanas durante el siglo XVI caen dentro del marco de las operaciones de corso. La Corona Española consideraba a cualquier navegante que penetraba en el océano Pacífico como un pirata, y había ordenado a las autoridades locales tratarlos como tales.

Acompañado, según cuenta la leyenda, de una tripulación formada por franceses y esclavos africanos, consiguió una inmensa fortuna en oro pero, según el propio Drake contaba, tuvo que dejar atrás un importante botín en plata, ya que era demasiado pesado para llevarlo de regreso a Inglaterra (existe la leyenda de El Tesoro de Guayacán, que cuenta que este tesoro fue ocultado en Guayacán, Coquimbo, Chile). Durante esta expedición a Nombre Dios, Drake trepó un inmenso árbol en el istmo de las montañas de Panamá y así se convirtió en el primer inglés en ver el Océano Pacífico.

Antes de saquear Valparaíso se reabasteció, como todas las expediciones, en las bahías de Algarrobo y El Quisco.

Cuando Drake volvió a Inglaterra el 9 de agosto de 1573, los escasos 30 marineros que le acompañaban eran todos ricos de por vida. La Reina Isabel, que patrocinaba a otros piratas, también patrocinó sus expediciones e incursiones, a pesar de que había firmado una tregua temporal con España, por lo que no reconocía oficialmente los actos de Drake pero se beneficiaba de ellos. El 20 de junio de 1578 anclan en la Bahía de San Julián. Previamente, reconocen las costas patagónicas hasta el Estrecho. Al encontrarlo cubierto de nieblas regresan a Puerto Deseado, donde permanecen dos semanas, trabando amistad con los patagones.

Fue el primer inglés en cruzar el estrecho de Magallanes y el primer inglés en dar la vuelta al mundo (1580). A raíz de esto inició una campaña propagandística para hacer ver que él había sido el primer hombre en circunnavegar la Tierra exhibiendo en su escudo de armas la leyenda Tu primus circumdedisti me e ignorando por completo que el español Juan Sebastián Elcano había logrado la hazaña iniciada junto a Magallanes casi 60 años antes.

Sus actos de latrocinio llegaron al extremo de pretender ser el primero en descubrir que Tierra del Fuego no era parte del continente, sino un archipiélago. Para su desgracia numerosos documentos de navegantes españoles prueban que esta fue solo otra de sus ególatras pretensiones. Además de esto, puso su nombre a lo que hoy se conoce mayoritariamente como Pasaje de Drake, a pesar de que el explorador español Francisco de Hoces había descubierto ese estrecho llamado Mar de Hoces mucho antes, en 1525.

Su barco era el galeón Golden Hind.

Tras sus largos viajes y un botín que según él, llegaba a 25 barcos, se dedicó a la piratería en las Antillas, y a su vuelta a Inglaterra atacó y saqueó Cádiz en 1587, destruyendo más de 30 barcos destinados a la Armada Invencible. Esto retrasó un año más los planes de invasión de Inglaterra. Por sus logros fue nombrado Vicealmirante por la reina Isabel I, quien mientras afirmaba ante los embajadores españoles no tener nada que ver con la piratería, seguía financiando discreta y generosamente a piratas como Drake.

Francis Drake no luchó contra la Armada Invencible que intentaba invadir Inglaterra en 1588. Una leyenda inglesa cuenta que Drake jugaba a los bolos en Plymouth cuando recibió noticias de que la flota española se acercaba, a lo cual repuso que primero terminaría la partida y luego derrotaría a los españoles. Finalmente Drake huyó de la batalla.

En un viaje a Portugal para liberarla de la ocupación, y temerosa la corona inglesa de la recuperación de la Armada Española tras el regreso de no menos de 70 buques de la Invencible, Drake ataca La Coruña en lo que fue conocido como la "Contraarmada" de 1589, aunque no consigue desembarcar ni saquearla, destacando la figura de María Pita en la heroica defensa y sufriendo los ingleses unas 12.000 bajas y la pérdida de 20 naves. Fracasa en iniciar la revuelta de los portugueses contra Felipe II. Al no conseguir ocupar Lisboa, Drake se embarca en una larga y desastrosa campaña contra la América española, en la que sufre varias derrotas consecutivas. También asalta las islas San Juan de Gaztelugache e Ízaro en el mar Cantábrico español. Cuando cumple con el encargo de atacar Puerto Rico, los artilleros españoles del castillo de El Morro alcanzan el puente de su barco, pero Drake sobrevive. Poco después, atacó de nuevo San Juan de Puerto Rico, volviendo a ser derrotado.

Ante las grandes pérdidas económicas y humanas de su campaña contra puertos fortificados españoles, decidió probar suerte con poblaciones desprotegidas, aunque en esto tampoco le fue mucho mejor, ya que finalmente murió a manos del almirante asturiano Méndez de Cancio en la bahía de Portobelo, en Panamá. Los ingleses suelen decir que murió de disentería, pero ha sido confirmado que es una hipótesis incorrecta. Habiendo bajado a tierra con una treintena de hombres para asaltar una ilustre hacienda, fue atravesado por la espada de Méndez de Cancio, cuyos hombres acabaron con todos los ingleses, salvo uno que fue dejado libre para que informara a los navegantes del Golden Hind de la muerte de su capitán. Tras su muerte, las campanas de las iglesias de Castilla repicaron como símbolo de celebración y Miguel de Cervantes y Francisco Quevedo dedicaron versos a la muerte del más innoble enemigo de Felipe II.

domingo, 18 de mayo de 2008

Bucaneros


Un bucanero ( en las lenguas caribes: bucán es rejilla o trama de madera utilizada para ahumar la carne por los habitantes precolombinos de las Antillas) era en origen un habitante de la parte occidental de la isla de La Española, actual Haití, que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para bucanear, es decir, ahumar, la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del mar Caribe.

Durante el siglo XVI se establecieron en la parte occidental de la isla, que había sido abandonada por los españoles, aventureros europeos, particularmente franceses, en su mayoría normandos, que copiaron de los amerindios (arawaks) la técnica de conservación de la carne y se dedicaron a preparar la piel de los animales cazados para venderla a los europeos de paso.

Cuando las autoridades españolas exterminaron a los animales en que se basaba el comercio de los bucaneros, y las autoridades francesas, que gobernaban la Tortuga, dictaron leyes en su contra, muchos de ellos se establecieron en la isla de la Tortuga sumandose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII el término, alternado con el de filibustero,[1] pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje.


sábado, 17 de mayo de 2008

El Kraken


El Kraken es una criatura de la mitología escandinava y finlandesa del mar descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que emergiendo de las profundidades atacaba barcos y devoraba a los marinos. Sin embargo, en dichas leyendas la criatura descrita también era representada como una especie de crustáceo similar a una langosta, pero solo la descripción como cefalópodo ha quedado con el paso de los años.

Descripción

Los sobrevivientes contaban el relato del monstruo de los mares que, según la leyenda, aparecía junto a las costas de Noruega e Islandia. Algunas versiones cuentan que cuando dormía parecía una isla y los marinos que desembarcaban, encontraban una terrible muerte acuática. Esto lo ha relacionado con la leyenda de "Simbad" el marino aunque en dicha historia no era un Kraken la criatura sino una menos mítica ballena. Se suponía que cuando el Kraken emergía totalmente se acercaba el fin del mundo o ragnarok

Un sinfín de relatos semejantes abundan en la literatura noruega, pues la leyenda asegura que los pescadores, a lo largo de los tiempos, enmudecen de pavor cuando aparece el leviatán. Se decía que el dorso de un «kraken» adulto tenía una longitud de dos kilómetros y medio. Debido a la joroba de su espina dorsal y de los tentáculos que flotaban como flecos de algas, se le confundía con una isla de regular tamaño.

Era un templo viviente, y así lo dijeron varios antiguos escritores nórdicos cuando se refieren al «kraken». En 1755, el obispo Pontoppidan de Bergen (Noruega) escribía que las islas flotantes que en los mares del norte aparecían y desaparecían súbitamente eran sin duda «krakens». Se cuenta también que el obispo de Midaros levantó un altar sobre la roca de una playa y celebró la Santa Misa. No sabía que se hallaba sobre el lomo de un «kraken». El monstruo esperó respetuosamente a que el obispo terminase y luego, tranquilamente, se deslizó hasta el agua y desapareció. Pero el escepticismo moderno no se aviene a la existencia de los «krakens» y afirma que son calamares gigantes que confunden a visionarios.

No se debe olvidar que el nombre de Kraken suele asociarse popularmente a la especie de calamar gigante "Architeuthis Dux", de la cual hoy en día apenas se sabe nada acerca de ella debido a la gran profundidad a la que habita.

El Kraken es el emisario, digamos de Davy Jones

Pieter van der Does


Pieter van der Does (Leiden, 1562 - Santo Tomé, 24 de octubre de 1599) fue un marino, militar y corsario holandés.

Vida

En mayo de 1599 los Estados Generales de los Países Bajos le otorgaron el mando de una flota de 74 buques de guerra, con insignia en el Orangieboom, y nueve compañías de 200 soldados, con un total de 8 ó 9.000 hombres. La armada se agrupaba en tres escuadras, cada una con insignia naranja, blanca y azul, respectivamente: la escuadra naranja la comandaba el propio Pieter van der Does; la escuadra blanca estaba bajo las órdenes de Jan Gerbrantsz; la azul llevaba como vice-almirante a Cornelis Geleyntsz van Vlissingen.

Tan inmensa armada debía asestar un duro golpe a los españoles, cortando las comunicaciones entre España y sus territorios ultramarinos capturando cuantos barcos españoles se pusieran a su alcance. Sin embargo, tras zarpar del puerto de Flesinga el 28 de mayo de 1599, fue de fracaso en fracaso.

Hallando La Coruña y Cádiz sobre aviso y preparadas para resistir su ataque, se lanzaron sobre Las Palmas de Gran Canaria el 25 de junio, ciudad que conquistaron el 28. Incapaces de conquistar la isla y derrotados por los isleños, el 8 de julio quemaron la ciudad y se retiraron con unos 1.400 muertos y 60 heridos, no sin antes haber protagonizado el ataque pirata más importante en la historia de dicha ciudad.

La armada saqueó la Gomera, y entonces se dividió en dos: 35 naves retornaron a su patria bajo las órdenes de Jan Gerbrantsz, mientras las demás prosiguieron la campaña con Van der Does. El almirante holandés se dirigió a la isla portuguesa de Santo Tomé, donde se apoderó sin mayor dificultad de la población fortificada de Pavoasán, obteniendo un gran botín consistente en 100 piezas de artillería, 1.900 cajas de azúcar, 1.400 colmillos de elefante, mucho algodón y otras mercaderías.

Sin embargo, los holandeses también se encontraron con una terrible enfermedad, la malaria, que se cobró en torno a 1.800 vidas, entre ellas la del propio Pieter van der Does.

Por el número de bajas y los discretos logros obtenidos, la empresa fue un rotundo fracaso. Incluso, de vuelta a casa y a la vista de Flesinga, uno de los galeones de la expedición, diezmado por la malaria, fue capturado tras un breve combate por una galera española. El botín, valorado en 30.000 libras, ni siquiera compensó los gastos de la expedición, y, para colmo, resultó que una tercera parte del mismo era propiedad de empresas de las Provincias Unidas. Otra buena parte era propiedad de venecianos, a los que hubo que indemnizar.

(foto:ataque de Van der Does a Canarias)

viernes, 16 de mayo de 2008

John Hawkins


John Hawkins (1532-1595), almirante y corsario inglés, nacido en Plymouth. En 1562, 1564, y 1567 se dedicó al tráfico de esclavos desde la costa de África occidental a las Indias Occidentales (Antillas), lo que suponía el incumplimiento de la legislación española. En 1568, cuando Hawkins se preparaba para regresar a Inglaterra, fue atacado por una flota española en el actual puerto de Veracruz (México). Hawkins consiguió refugiarse con dos de sus barcos en el islote de San Juan de Ulúa, pero el ataque le convenció de que la guerra contra España era inevitable. En 1570 fingió traicionar a Isabel I de Inglaterra para obtener información sobre la futura invasión española de Inglaterra. Ingresó en el Parlamento en 1571 y después sirvió como tesorero de la Marina real inglesa. Desde este cargo preparó la Armada inglesa para la guerra con España, realizando una serie de importantes mejoras en la construcción de barcos, y aumentando el tamaño de la flota. En 1588 sirvió como almirante de retaguardia al mando del Victory durante la derrota de la Armada Invencible, por lo que se le nombró caballero. En 1590 realizó un viaje sin éxito a las islas Azores con el fin de interceptar la flota española de las Indias que portaba numerosos metales preciosos. Murió en una expedición a las Antillas, tras haber fracasado en el intento de apoderarse de una de las islas Canarias.

Henry Morgan


Juventud

Hijo del terrateniente Robert Morgan, natural de Glamorgan, Gales, Henry fue raptado de niño y vendido en Barbada. Esta versión es desmentida por algunos historiadores. Tampoco se conoce mucho su paso por Barbada o cómo llegó a la Isla de la Tortuga.

Primeros pasos

A comienzos de la década de 1660 se hallaba en Jamaica, participando en las expediciones de los filibusteros; en 1663, posiblemente, dirigió por primera vez un barco propio, y en 1666 participó en la expedición bajo el mando de Eduard Mansvelt que conquistó la isla Providencia (actualmente Santa Catalina) a los españoles. Mansvelt murió en el curso de la expedición, Morgan es nombrado almirante de la Cofradía de los Hermanos de la Costa, en Port Royal, Jamaica, sustituyendo en el cargo al fallecido Mansvelt. El gobernador de Jamaica, Thomas Modyford, se vio muy complacido y, entre éste y Morgan, existió un fuerte espíritu de colaboración. Estos dos británicos siempre se llevaron muy bien.

La época parecía beneficiosa para el comercio, por lo tanto España e Inglaterra acordaron no estorbarse. La orden de Londres hacia el gobernador de Jamaica era terminar con la acción corsaria contra España. Pero esto no convenía a los intereses de Morgan ni de Modyford, por lo tanto ambos llegaron al siguiente acuerdo: se le permitiría saquear al pirata bajo la pantalla de una patente de corso otorgada "únicamente" contra los holandeses. Esta desobediencia encubierta contra Inglaterra resultó beneficiosa para Morgan y Modyford los primeros cinco años.

La primera acción de Henry Morgan aconteció en 1668. Reunió a los Hermanos de la Costa en Isla de Pinos, Cuba. Se juntaron ahí más de setecientos piratas franceses e ingleses. Se decidió atacar a Camagüey, antes llamada Puerto Príncipe. Se cuenta que la defensa de los soldados españoles fue en verdad heroica, pero al fin los piratas lograron tomar la ciudad, con una gran mortalidad en la población civil y la militar. Encerraron luego a los prisioneros en una iglesia, con el fin de conseguir información sobre la ubicación de las joyas y el dinero de la ciudad. Los hombres de Morgan infligieron terribles torturas a los prisioneros por quince diabólicos días, en los que no se les proveyó de agua ni alimento alguno. La muerte, finalmente acabó con todos ellos. El filibustero, antes de retirarse de Puerto Príncipe, secuestró gran cantidad de reses para alimento de sus hombres.

El botín recaudado, no obstante, era demasiado bajo: sesenta o cincuenta mil escudos que repartidos

"no alcanzaban ni para pagar las deudas"

según el cirujano de a bordo Alexander Olivier Exquemelin. Esta circunstancia enojó por lo demás a la facción francesa de los piratas, que optó por retirarse de la empresa. Morgan entonces, con su contingente inglés decide atacar Portobello, Panamá, una acción que se presenta difícil debido a la gran fortificación con que contaba esa ciudad.

El ataque a Portobello

Hacia allí se dirigieron, con gran expectativa de hallar buena riqueza. Pocas millas antes de arribar, Morgan ordena anclar los barcos para desembarcar al día siguiente. Tres fuertes defendían el puerto de Portobello. Cuando los piratas atacan la ciudad, dos de los fuertes caen rápidamente debido al veloz y eficaz accionar filibustero.

Quedaron solo sesenta soldados españoles vivos que se entregaron al pirata, Morgan no demostró piedad con ellos, ordenó encerrarlos en el polvorín del fuerte. Luego fríamente, hizo estallar la instalación lo que los hizo pedazos.

El tercer fuerte ofreció una feroz resistencia ya que allí se encontraba combatiendo el propio gobernador de Portobello. Para acercarse sin sufrir grandes bajas, Morgan dispuso que todos los monjes y curas del lugar caminasen delante de su escuadra como si fuesen escudos humanos. Los religiosos, horrorizados marchaban y caían como moscas ante las descargas españolas que no dejaban de sucederse. Los piratas se acercaban y disparaban sus armas. En medio de este feroz combate muere el valiente gobernador de Portobello. El fuerte se rinde y los piratas avanzan sobre la ciudad desprotegida, la saquean y torturan salvajemente a sus habitantes. Estas torturas consistían generalmente en el clásico paseo por la tabla con una espada en la espalda, y en la pena del barril. Consistía ésta en atar a la desgraciada víctima en un tablón y colocarle un embudo en la boca, por el cual le incorporaban varios litros de agua. Cada dos litros le preguntaban si quería confesar la ubicación de sus tesoros. Si el sujeto se negaba continuaban con la horrible operación hasta que sobrevenía el colapso corporal. Otro método, utilizado sobre todo por Morgan, era aplicar tenazas al rojo vivo sobre el cuerpo del prisionero o cortarle lentamente las extremidades.

Con estos y otros métodos, los piratas obtuvieron en Portobello un tesoro bastante importante: ascendía a doscientos sesenta mil escudos, más oro, plata y joyas y otras mercancías de valor.

Morgan regresó a Port Royal, donde fue muy bien recibido por Modyford. Sin embargo, éste mandó a Londres un mentiroso mensaje en donde se presentaba indignado ante el accionar del pirara contra los "pobres españoles". La dupla pirata-gobernador realmente daba buenos dividendos.

La toma de Maracaibo

La vida de los filibusteros no era un continuo ataque y saqueo. Había un tiempo considerable en el que se dedicaban únicamente a dilapidar el botín recaudado en juego, mujeres y bebidas. Transcurrido este lapso de disipación, se lanzaban nuevamente a la mar en busca de ricas presas. Así lo hizo Morgan luego de Portobello. A comienzos del año 1669, se convocó a una enorme reunión en la llamada Isla de la Vaca, al sur de Santo Domingo. Morgan concurrió a esta velada en un enorme galeón poderosamente armado, el Oxford. El aspecto del capitán filibustero era el de un nombre rico, pletórico de joyas y rodeado por sirvientes. Pero esta convocatoria terminó en tragedia cuando, por motivos que el propio Exquemelin, presente allí, desconoce, explotó la santabárbara del buque. La tripulación, ubicada en la popa, donde se encontraba la santabárbara en los barcos ingleses, voló por los aires destrozada. La oficialidad, ubicada en la popa, también fue lanzada pero cayó al agua, indemne. Morgan y sus oficiales sobrevivieron. Los filibusteros de los otros barcos se encargaron de los cadáveres. Es decir, los desvalijaron de sus anillos de oro.

Sin embargo Morgan continuó con la idea de asaltar algún valioso asentamiento y convocó a una nueva reunión. En ésta se eligió como objetivo Maracaibo, bajo consejo de Pierre de Picardo quien ya había estado allí con el Olonés. El Picardo, pirata francés, podía oficiar de piloto para así poder atravesar una barra (banco de arena) que impedía el paso hacia la ciudad. El lugar se encuentra ubicado al noroeste de Venezuela; allí se encuentra una enorme entrada desde el mar, en forma de golfo, llamado Golfo de Venezuela. Cuando éste se va estrechando, aparece la ciudad de Maracaibo. Luego de esa estrecha escotadura se abre nuevamente un lago llamado Lago de Maracaibo. Morgan y sus hombres ingresan al golfo y se dirigen directamente a la ciudad. Estaba Maracaibo precedida por un fuerte, como era usual entre los españoles. Por esta circunstancia el pirata prefiere acercarse de noche para no ser advertido. Ya en la oscuridad, se aproxima y comienza a hacer fuego, con lo que se desata un terrible y luminoso intercambio de artillería entre el fuerte y los barcos. De pronto sorpresivamente, los españoles emprenden la retirada. Esto provoca cierta inquietud entre los ladrones embarcados. Suponen entonces que los soldados huyeron con el fin de colocar minas. Hombres de Morgan en expedición, encontraron efectivamente mechas encendidas que conducían directamente al polvorín. Apagaron las mechas y, sin más, se apoderaron de todo el fuerte con sus armas y municiones. Ahora los españoles estaban perdidos, les quedaba la única defensa natural que tenía Maracaibo: la barra, el banco de arena que podría impedir el acceso a la ciudad. Pero Pierre el Picardo era ducho en esos menesteres. De modo que a la madrugada siguiente atravesada la barra, la horda embarcada se dirige a toda vela a la desguarnecida ciudad de Maracaibo. Al arribar no encuentran resistencia alguna. Pero la mayoría de la gente, alertada, ha tenido tiempo de huir llevándose sus pertenencias. Sus naves se internaron en el lago de Maracaibo

Morgan decide recorrer el lago parte por parte. Encontró en esta tarea a muchos españoles prófugos, a los que aprisiona y tortura. Exquemelin relata terribles tormentos. Cierta noche descubrieron a dos negros que procuraban conseguir alimentos para poder seguir escondidos.

Se les torturó para que confesasen en donde se encontraban sus ricos amos. Según Exquemelin cuenta:

"uno de ellos ha sufrido todos los terribles tormentos que le han aplicado los piratas y se ha dejado cortar trozos estando aún vivo, pero ni siquiera así ha querido confesar nada"

Los filibusteros, inconformes con el botín conseguido, salieron de Maracaibo y se dirigieron hacia San Antonio de Gibraltar, en la costa sur del lago de Maracaibo. La población y el propio gobernador de esta ciudad habían desaparecido, alertados también, y se habían internado en la selva. Morgan averiguó dónde se encontraban, pero la jungla era poco menos que impenetrable. Los piratas, igualmente, consiguieron hacerse pagar un tributo de quema por los prisioneros conseguidos. En este lapso los españoles pudieron reforzar sus filas y enviaron tres naves fuertemente armadas para evitar la salida de los piratas por el golfo. Morgan llega a Maracaibo con muchos prisioneros, ahí se entera del bloqueo. Don Alonso del Campo de Espinosa, el contralmirante español, toma control de la barra, y está resuelto a impedir por todos los medios el paso de los piratas. Éstos estaban algo inquietos por los acontecimientos, por lo que deciden pedir un tributo de quema de veinte mil escudos por Maracaibo, bajo la amenaza también de matar a los prisioneros si la suma no es pagada. El contralmirante responde en una carta:

"Si usted se muestra dispuesto a devolver todo el oro, la plata, las joyas, los prisioneros, los esclavos y las mercancías de que se ha apoderado en el cursó de su incursión le dejaré pasar para que regrese a su país. Pero en el caso de que no acepte esta condición, iré en busca de todos ustedes y los haré pasar a espada. Esta es mi última palabra"

Morgan les lee a sus hombres la carta en inglés y en francés. Por unanimidad deciden luchar hasta morir antes que devolver los tesoros robados. Le responde al español una mentirosa carta donde comunica su decisión de abandonar Maracaibo sin dañarla, devolviéndole a todos los prisioneros y a la mitad de los esclavos. Agrega que dejará a los prisioneros libres sin obligarle a pagar rescate por la ciudad. Alonso no acepta ninguna condición, por lo tanto se decide la lucha, aunque la inferioridad de los piratas fuera evidente. Morgan entonces acudió al recurso del burlote. Consiste en una nave cargada con sustancias explosivas o incendiarias, lanzada hacia un barco enemigo. Con este fin, el pirata hizo llenar un barco con hojas bañadas en alquitrán, a la que se habían aplicado en sus laterales troncos de árboles vaciados para simular cañones e instalaron una suerte de espantapájaros vestidos de piratas, para simular una tripulación.

Este burlote avanzó lentamente al barco de Alonso que estaba anclado en el centro del canal. Los españoles, creyendo que Morgan y sus hombres querían abordarlos, no querían disparar hasta que se encontrase bien cerca. Al contrario, Alonso ordenó abordar el barco pirata para derribar mástiles y velas, pero al encontrarse el burlote lleno de españoles desconcertados, Morgan disparo y lo incendió. Entre fuegos y explosiones, estallaron los dos navíos, Don Alonso tuvo que huir en un bote hacia la costa. Otro de los Naos españoles encalló, entre la confusión general, sus propios marineros la hundieron para no legársela a los piratas. La tercera nave fue abandonada y tomada por los hombres de Morgan, que ya era vencedor a pesar de su inferioridad numérica. Luego de esa victoria, los piratas vuelven a Maracaibo, donde vuelven a pedir tributo de quema, que los habitantes horrorizados por la derrota de Alonso pagaron con creses.

Morgan volvió a Jamaica con un cuantioso botín, Modyford seguramente lo recibiría con entusiasmo. Pero esta vez el gobernador inglés se hallaba más bien inquieto, pues ya habían llegado a Londres las noticias del feroz ataque filibustero en Maracaibo. Como las órdenes inglesas eran terminar la acción pirata contra España, Modyford conminó esta vez a Morgan a acatar estas órdenes. Extrañamente, Morgan aceptó las condiciones, seguramente por la amistad que tenía al gobernador. Se retiró de la vida marítima activa y llevó por un tiempo una vida de rico en Jamaica, donde habitaba en una bella mansión y sólo se preocupaba de visitar tabernas y amigos. Los Hermanos de la Costa entraron en este periodo en una especie de vacío, por lo que comenzaron a insistirle a su almirante que volviera a las acciones filibusteras. Una nueva expedición era necesaria para los piratas, ya que el sedentarismo y la inacción eran nocivos para ellos, y los botines rápidamente se les iban de las manos. Poco a poco Morgan fue cediendo a sus reclamos. Su decisión de volver al mar fue tomada con algarabía por la Cofradía, y pronto llegó la noticia de una gigantesca convocatoria a realizarse en la Isla de la Vaca. En octubre de 1670 acuden a la reunión más de 2000 piratas, mayoritariamente ingleses. Se había formado una gran flota de 37 barcos. Morgan se sentía el almirante más poderoso de la época, estaba secundado por una gran cantidad de capitanes, segundos, contramaestres y oficiales. En la reunión se decide asaltar la ciudad de Panamá, que en aquella época era una gran potencia militar y la ciudad con mayor riqueza de América Central, ya que era depositaria de la ruta de la plata peruana.

El asalto a Panamá

En el mes de diciembre parte la flota hacia Panamá. Morgan se proveyó de guías en la isla de Providencia, que pudieran orientarlo desde su desembarco en el norte del istmo hasta la ciudad, que se encontraba al sur. Una fracción de la fuerza desembarca en Chagras (al norte del istmo de Panamá) para conquistar el primer escollo: su fuerte. Esta fracción, al mando del capitán pirata Bradley, era pequeña pero se reservaba el resto a la flota para no despertar sospechas. El fuerte español resistió heroicamente el ataque, pero finalmente fue tomado por los piratas. En esta toma del fuerte se supo que la ciudad de Panamá ya estaba al tanto de la proximidad de los piratas y se había preparado para resistir. En enero de 1671 Henry Morgan avanza con sus hombres por el río Charges hacia el sur y luego se abre paso por tierra en la espesura del istmo de Panamá en busca de oro y gloria. Fueron 1200 hombres que atravesaron selvas inhóspitas y peligrosas, no llevaron víveres, pues la costumbre era asaltar todo pueblo que hallasen a su paso, lo que fue un terrible error. Los pobladores, alterados, destruyeron cosechas y quemaron sus propias chozas. Por esa razón, los nueve días de marcha fueron durísimos y muy penosos Cuando comenzaban a flaquear, luego se subir una gran loma, se manifestó espléndida la gran ciudad de Panamá.

El gobernador de Panamá, Pérez de Guzmán, envió en navíos a las mujeres, niños y las mayores riquezas hacia el Océano Pacífico, lejos de las costas. Los españoles igualaban en número a los hombres de Morgan. La ruta de ataque de los piratas no fue la que creyeron los hombres del gobernador. Eligieron zonas pantanosas y casi inaccesibles, y esto tomó desprevenidos a los españoles. Guzmán envió a la caballería contra los piratas, pero detrás de ésta la seguía una estampida de toros embravecidos para que aplastaran a los piratas. Los hombres de Morgan reaccionaron con alaridos, salvas de fuego y movimientos espásticos. Ésto asustó de tal manera a los toros que terminaron por atropellar a los propios soldados españoles. Luego de ese movimiento los piratas avanzaron por la ruta reabierta a Panamá. La ciudad quedó a su merced aunque hubo resistencia, y un centenar de piratas murieron; las bajas en las filas españolas fueron seis veces mayores. Finalmente, cuando llegó el momento del saqueo, se dieron cuenta que no había nada de valor, ya que el famoso tesoro se encontraba lejos, en alta mar. Morgan entonces recurrió a la antigua táctica: torturas a los pobladores para que confesaran el paradero de sus joyas y dinero, secuestro de personajes notables para pedir rescate e incendio de la ciudad entera como reprimenda. Ese mes fue uno de los peores en la historia de Panamá: saqueos, violaciones, crímenes, muerte salvaje de mujeres y religiosos. La actual ciudad de Panamá debió ser reconstruida en otro sitio, ya que después de aquel ataque dejó de existir. La expedición logró finalmente un enorme botín y gran cantidad de prisioneros, por los cuales se pagó dinero en efectivo.

Una vez diezmada Panamá, los piratas deciden volver por el mismo camino a través del istmo hasta el norte. Al llegar al fuerte de Chagras el grupo decide comenzar a repartir el botín. Los marineros notaron que el reparto era desigual, pero las grandes borracheras desdibujaron las sospechas. Por la mañana los piratas descubren la ausencia de Morgan. Éste se había marchado con algunos hombres de su confianza cargando gran parte del tesoro. Gran traición de Morgan. El testigo Exquemelin habla de ella verdaderamente indignado. El pirata traidor se dirige a Jamaica y Modyford recibe su parte encantado.

Últimos días

El asalto a Panamá descubrió ante ingleses y españoles el pacto que mantenían el Gobernador y el pirata. Londres decide mandar un nuevo Gobernador, Thomas Lynch, y hace regresar a Morgan y Modyford en forma de detenidos. Pero esta “ejemplificadora” acción inglesa no era más que una cortina de humo para disimular ante los españoles la verdadera acción corsaria en América. Así, Morgan volvió a Londres, llevando una vida llena de placeres, reuniéndose con la aristocracia, siendo invitado a fiestas y recibiendo agasajos en calidad de héroe inglés. Su enjuiciamiento fue llevado a cabo pero fue un completo fraude, en donde se le declaró inocente, ante lo cual el rey Carlos II lo nombra Caballero, lo envía nuevamente a Jamaica en 1681 como lugarteniente del Gobernador Thomas Lynch. Modyford es puesto en libertad. Las irónicas órdenes de Morgan fueron: “Combatir a la piratería”, el cinismo no tuvo límites en ese campo. Ya en Port Royal, Morgan tuvo una acción a veces permisiva y a veces represora con sus antiguos compañeros. Algún tiempo fue propietario de enormes plantaciones y prefirió defender sus pertenencias antes que a los filibusteros.

Durante unos meses fue gobernador de Jamaica y en ese lapso persiguió a los filibusteros con verdadera saña. La vida de Morgan parece contradictoria. Como dijeron J. y F. Gall:

"Al traicionar a los filibusteros parecía traicionar también su destino. Cuando paso de la anarquía a la legalidad perdió toda su fuerza (…) falso libertario y gentilhombre a medias, dejó sus hazañas sin terminar por culpa de su gran error"

Sir Henry Morgan falleció en Jamaica el 25 de agosto de 1688, en medio de un ambiente solitario.

Código de conducta

Henry Morgan, al igual que muchos otros piratas, tenía un codigo de conducta que regía el comportamiento de la tripulación que estaba bajo sus órdenes, que son los siguientes puntos:

1- Todos deberán obedecer las órdenes.

2- El botín será repartido de la siguiente manera: una parte y media para el capitán, una parte para los tripulantes, y un cuarto para el maestro artillero, el contramaestre y el maestro carpintero.

3- Quien mantenga en secreto un intento de abandonar el barco, será abandonado en una isla desierta con un frasco de pólvora, una botella de agua y una pistola con una bala.

4- El castigo por golpear a un hombre son cuarenta latigazos en la espalda desnuda.

5- Quien sea holgazán o no limpie sus armas perderá su parte del botín.

6- Todos podrán votar cuando haya que tomar desiciones importantes.

7- Todos podrán tomar una parte de la bebida y la comida fresca capturada.

8- A quien fuere encontrado robándole a otro miembro de la tripulación se le cortará la nariz y las orejas y será abandonado en la costa.

9- Queda prohibido apostar dinero en juegos de cartas.

10- La pena por traer una mujer disfrazada de hombre a bordo es la muerte.

11- Nadie podrá abandonar la tripulación hasta que cada uno haya ganado mil cien libras.

12- El pago por perder una extremidad del cuerpo será de ochocientas piezas de plata.

Edward England


Edward Seegar (* ¿? - †1719/1720) fue un Pirata de origen irlandés. Trabajó como parte de la tripulación de un barco con rumbo a Jamaica en 1717 el cual fue tomado por piratas al mando de un tal Capitán Winter. Seegar tomó la decisión de acompañar a los aventureros. El siguiente año bajo el nombre de Edward England se independizó.

Para ese tiempo los piratas obtuvieron el perdón del rey para aquellos que abandonaran el pillaje. England se rehusó y continuó su labor, sin embargo, el gobernador de Bahamas atacó su fuerte y el pirata decidió entonces trasladarse hacia la costa occidental de Africa.

En ese rumbo asaltó el barco Cadogan bajo el mando de un Capitán Skinner, quien había sido un antiguo patrón de England con el que había tenido problemas tiempo atrás. El pirata realizó la venganza torturando y al final matando al desafortunado con un tiro en la cabeza.

Con el tiempo England se hizo de una importante flota: bajo el mando del Royal James realizó sus fechorías en la costa Africana en la primavera de 1719 donde asaltaron y quemaron barcos.

Después de un ataque fallido a un castillo en Cape Coast los piratas de England realizaron un sinnúmero de fechorías en un poblado vecino.

Por decisión de los aventureros decidieron trasladase a la isla de Madagascar. Ahora England tenía bajo su mando el Fancy, un potente barco holandés.

El Capitán Macrae

En 1720 England se encontró con dos barcos ingleses y uno holandés de la East India Company. Estos desafiaron a los piratas y les propinaron un considerable número de bajas, uno de los barcos – el Cassandra- estaba bajo el mando de un tal Capitán Macrae quien dejó testimonio de los hechos.

Macrae huyó bajo fuego a una costa cercana con parte de su tripulación, los piratas incluso ofrecieron dinero a pobladores cercanos para entregarlos pero se rindieron debido al estado paupérrimo y de hambre en que se encontraban.

Una vez en el barco pirata Macrae fue reconocido por algunos que habían trabajado para él en años anteriores destacando su coraje. England incluso abogó por él en contra de aquellos que querían asesinarlo, entre ellos un tal capitán Taylor que era el líder. Entre los que defendían a Macrae estaba un personaje de grandes bigotes, rodeado de pistolas, y pata de palo que muchos piensan fue modelo para el personaje de Long John Silver en el libro La Isla del Tesoro.

Al final recurriendo incluso al ron para emborrachar a Taylor fue convencido de liberar a Macrae quien recibió el Fancy, algunas municiones pero poca comida y agua. Los piratas tomaron el Cassandra.

Pero England sería despojado del mando por los parciales de Taylor quien lo abandonó con otros tres camaradas en la isla Mauricio donde sobrevivieron y, después, armando un bote hechizo, se enrumbaron a Madagascar.

Edward England vivió bajo la mendicidad y murió pobre poco después. Aun a pesar de su trayectoria se le recuerda como un pirata piadoso hacia sus capturados.

El Holandés Errante


Según la tradición, el Holandés Errante o el Holandés Volador (De Vliegende Hollander) es un barco fantasma que no puede volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo. El velero es siempre oteado en la distancia, a veces resplandeciendo con una luz fantasmal. Si otro barco lo saluda, su tripulación tratará de hacer llegar sus mensajes a tierra, a personas muertas siglos atrás.

Origen de la leyenda

Las versiones de la leyenda son innumerables. Unas cuentan que la historia originariamente es holandesa, mientras que otras afirman que está basada en la obra de teatro The Flying Dutchman (1826), del dramaturgo inglés Edward Fitzball, y en la novela The Phantom Ship (‘El buque fantasma’, 1837) de Frederick Marryat, más tarde adaptada al holandés como Het Vliegend Schip (‘El buque volador’) por el clérigo de esa nacionalidad A.H.C. Römer. Otras versiones aluden a la ópera El holandés errante, de Richard Wagner (1841) y a The Flying Dutchman on Tappan Sea de Washington Irving (1855).

De acuerdo con ciertas fuentes, el capitán holandés Bernard Fokke (del siglo XVII) sirvió de modelo para el comandante del buque fantasma. Fokke fue célebre por la extraña velocidad de crucero que alcanzaba en las travesías entre Holanda y Java, por lo que se sospechaba que había firmado un trato con el demonio. En algunas versiones holandesas del mito, el capitán recibe el nombre de Falkenburg. Marryat, en su versión, le da el nombre de van der Decken (que significa ‘en cubierta’), y recibe el de Ramhout van Dam en la versión de Washington Irving. Unos y otros no se ponen de acuerdo a la hora de llamar “holandés errante” al barco o al capitán.

Asimismo se dice que éste juró, de cara a una tormenta, que no daría marcha atrás hasta haber doblado el Cabo de Buena Esperanza, aunque le costase llegar al Juicio Final. Se ha hablado también de un horrible crimen cometido a bordo del barco; e incluso de una terrible epidemia que infectó a la tripulación, a la que por ese motivo no se permitió desembarcar en ningún puerto, siendo condenados desde entonces —barco y marineros— a navegar eternamente, sin posibilidad de pisar tierra. En cuanto a las fechas en que ocurriría, se ha hablado de 1641,y de 1680, 1729...

A menudo se han señalado las similitudes y concordancias entre las leyendas del Holandés Errante y el Judío Errante.

En la obra de Fitzball, al capitán se le permitía bajar a tierra una vez cada varios cientos de años para tratar de hallar una mujer con la que compartir su maldición. En la ópera de Wagner, cada siete años.

Davy Jones


Davy Jones, debe su existencia a las leyendas de marineros y piratas, desde antes de estas péliculas. Se trata de un demonio legendario que se adueña de los caídos en el mar. Según algunos, fue un galés, convertido en pañolero del mundo submarino. Su nombre deriba de "Duffy Jonás", siendo Duffy una antigua palabra usada por los negros para designar a los espíritus o fantasmas. Se puede confirmar su existencia anterior a estas películas en relatos de piratas, y otros libros de aventura de esa índole; un ejemplo sería el relato alegórico El Rey Peste de Edgard Allan Poe en el cuál, un marinero le menciona elevándolo a la categoría de un rey.

Descripción física

Su aspecto es de una mezcla de criaturas marinas y forma humana: Su cabeza tiene forma de pulpo,y unos tentáculos asemejan su barba a la vez que le sirven para sujetar objetos como la llave del cofre en la segunda película. En lugar de mano izquierda posee una tenaza de cangrejo muy grande y fuerte; y el dedo índice de su mano derecha es un tentáculo muy largo. Su pierna derecha es una pata de cangrejo que recuerda a una pata de palo. Su cuerpo está cubierto de algas y respira a traves de un orificio en el lado izquierdo de su cabeza.

Poderes y Habilidades

Entre las habilidades de Jones se encuentran:

La habilidad para atravesar cualquier material solido, el poder de teletransportarse a cualquier lugar del mar en un abrir y cerrar de ojos, su inmortalidad, obtenida de sacrificar su humanidad, una fuerza sobrehumana, su dominio sobre las criatura marinas y su capacidad de respirar bajo el agua por tiempo indefinido.

Por el contrario, tiene la desventaja de solo poder tocar tierra cada diez años y de depender completamente de la protección de su corazón..

Ocupación

Davy Jones, con su navío El Holandés Errante, recorre los mares tomando como prisioneros a los supervivientes de los navíos que previamente ha hundido o a aquellos que han sobrevivido a un naufragio.

Todo aquel que ha sido capturado por Jones tiene dos opciones: morir a manos de la tripulación del Holandés o unirse a ella por cien años siguiendo de manera inmediata hasta convertirse en parte de su barco al final de dicho plazo.

Con respecto a este dato, los tripulantes de la nave del Capitán Jones pueden jugar a los dados apostando los años de servicio en el navío, incluso apostar su libertad, una eternidad de trabajo o cualquier otro beneficio.

Cualquier miembro de la tripulación puede ser retado a jugar, incluso el propio capitán.

Historia del Personaje

Real

Habitualmente, en la tradición marinera (nórdica sobre todo), se han hecho referencias a "Davy Jones" como "Davy Jones' Locker" ("el armario o cajón de Davy Jones") que era como se referían al abismo del fondo del mar, cuando un marinero caía por la borda y desaparecía, o moría en el mar se solía decir que había ido a parar al "armario de Davy Jones".

Así mismo, Davy Jones era un demonio mítico de los mares que controlaba al resto de demonios y al mar mismo.
En la película encontramos varias referencias a la leyenda en este aspecto como: "Yo soy El Mar" y también vemos como controla a su demonio: el "Kraken (también de mitología escandinava)".

Ficticia

Davy Jones fue, antes de su transformación, un pirata como otro cualquiera, cuyo dominio era el Océano Atlántico, pero se enamoró de una mujer tan inestable y traicionera como el mar, la diosa del mar Calipso. Ella le encomendó a Jones la tarea de recorrer los mares ayudando a aquellas almas que morían en el mar a llegar al otro mundo por 10 años, luego de los cuales podrían reunirse otra vez. Durante 10 años Davy Jones cumplió fielmente este encargo pero cuando volvió a buscarla, diez años después, ésta no acudió a su encuentro. Fue por esta traición que Jones votó en la primera asamblea de la Hermandad de los Piratas para enseñarles a los otros una forma de encerrar a Calipso en su forma humana, conocida después como Tia Dalma. El dolor que sintió Jones por esta traición fue demasiado como para seguir viviendo, pero no el suficiente como para morir. Con sus propias manos se sacó el corazón del pecho y lo encerró en un cofre que luego ocultó de la faz de la Tierra junto con todas sus cartas para Calipso, para así jamás recordar ese trágico amor ni volver a sentir algo parecido al amor o la compasión. Hecho esto Jones renunció a la tarea encomendada por Calipso y debido a ello se convirtió en el demonio de los mares, condenado a navegar eternamente en el Holandés, que vemos en las últimas dos entregas de la serie.

La llave del cofre la custodiaba bajo los tentáculos que simulan su barba, ya que aquel que obtenga el corazón podrá obligar a Davy Jones a seguir sus ordenes y así controlar los océanos e incluso matarle, ya que es su único punto vulnerable: si el corazón es dañado Jones morirá y aquel que lo maté tomará su lugar como capitán del Holandés Errante.

Davy Jones, como todo capitán de El Holandés Errante, no puede tocar tierra más que una vez cada 10 años, en ese lapso de tiempo está obligado a permanecer en en el mar.

El cofre del hombre muerto

En la película "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" tiene que mandar a su tripulación a rescatar el cofre (que guarda su corazón), de las manos de Jack Sparrow, Will Turner y el comodoro Norrington, ya que todavía no estaba habilitado para tocar tierra firme: